“El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes” (Constitución Nacional, Art. 22). Es una de las varias ficciones que expresa nuestra Constitución, que fue palpable en la última ley del matrimonio homosexual y que comentamos.
El Art. 38 dispone que “Los partidos políticos son instituciones fundamentales”; “la Constitución les garantiza la representación de las minorías” y “la competencia para la postulación de candidatos a cargos públicos electivos,”. Creó la partidocracia, el gobierno en manos de los dirigentes, que designan a los representantes negándole al pueblo el derecho a tener sus propios representantes. El caso se extrema porque los partidos dejaron en libertad a sus legisladores para que voten la ley siguiendo su conciencia personal, con lo que el pueblo resultó un convidado de piedra.
La representación de las minorías es una burla. La mayoría ciudadana es heterosexual y formada en esa cultura con prescindencia de credos religiosos. Esa mayoría no se opone a legislar normas jurídicas que reconozcan derechos a las uniones homosexuales, pero rechaza equiparar uniones que son biológica y espiritualmente diferentes. Los partidos no representan ni a las minorías ni a las mayorías.
En Argentina no hay democracia ni representantes del pueblo.
28/07/10
Dr. Marcelo Castro Corbat
Centro Segunda República
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Concuerdo totalmente con usted doctor,, siga asi
ResponderEliminarMuchas gracias Julio, nos complace mucho su coincidencia, y ciertamente seguimos trabajando en esto.
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