lunes, 30 de mayo de 2011

REEMPLAZO DEL PRESIDENTE

 En el proceso de estructuración política de la sociedad,  el hombre del siglo XXI  está acercándose a sus legítimas aspiraciones  personales y sociales: vivir con libertad, y poder ser actor en la organización de la sociedad y en el reemplazo del gobernante,  que en Argentina es el Presidente. Esto es lo natural y aceptado en todos los países institucionalmente organizados.
 En Argentina, grotesca y perversamente, el gobernante y sus acólitos calumnian a los que quieren reemplazarlo, atribuyéndoles  propósitos desestabilizadores, ser secuaces de gobiernos extranjeros y de la sinarquía, y medrar con la miseria del pueblo. No acepta sus falencias. Las enormes facultades que la Constitución otorga al Presidente las usa para sustentarse. Es el absolutismo, que los pueblos rechazan, como sucede en los países árabes.
  El sistema presidencial argentino, dificulta el reemplazo del presidente cuando pierde apoyo ciudadano, lo que genera tensiones sociales y que el gobernante se incline a la arbitrariedad, despreciando la democracia y deteriorando la armonía social.  
El presidencialismo hay que reformarlo para responder a la demanda del pueblo.

Dr. Marcelo Castro Corbat
Centro Segunda República
segundarepublica@fibertel.com.ar

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