En la distribución del ingreso nacional, el Estado y las distintas corporaciones sindicales, piqueteros, madres, etc., se quedan con casi el 50% del ingreso nacional. Con el otro 50% debe subsistir la gran mayoría de la población, empobrecida, pobre o indigente y algunos ricos.
Recaudadores de impuestos estiman que la evasión es del orden del 20/30% de lo recaudado, convertida ya en cultura nacional. El sistema impositivo argentino destruye el fruto del trabajo de los argentinos y, como nadie puede evitarlo, aparecen decenas de millones de evasores, incluyendo a recaudadores y tributaristas. Las leyes son ilegítimas, escuelas de corrupción, desorden y burla al orden legal e institucional.
Como las leyes impositivas vulneran derechos humanos, la ciudadanía extiende el cuestionamiento a toda la legislación y se agrava el proceso de corrupción. Es la anomia, la ausencia de ley y la degradación de las normas sociales.
Revertir el deterioro social e institucional, requiere una profunda reforma impositiva, redimensionar el gigantismo estatal corporativo y eliminar la autocracia presidencial.
Dr. Marcelo Castro Corbat
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